Los derechos de autor y la apropiación del diseño son soluciones que solo alimentan la competencia profesional, no funcionan para el desarrollo de una arquitectura estable. La arquitectura es un producto desarrollado y basado en lo que ya existió en el pasado, por lo que el movimiento que existe por evitar la copia no tiene base sólida para defender su preocupación de propiedad intelectual y creativa. Esto se puede ver en las series documentadas por el autor Edmund Burke y Kirby Ferguson donde se pone sobre la mesa la realidad detrás de la copia como dilema social en las últimas décadas.
Siendo un problema para muchos, la arquitectura no se queda atrás con la utilización de copiar algun proyecto consecutivamente. Si retrocedemos al tiempo y comparamos dónde nace la arquitectura, llegamos a la conclusión de que cada detalle en la arquitectura de hoy día es basada en lo que en algún momento se realizó en el pasado. Esa arquitectura inicial tampoco se pensó de manera original, mas bien por medio de lo que se observaba en la naturaleza y su función y reacción contra el ambiente, se inventa una forma creativa de traducir esa estructura natural en un producto humano. De ahí, Leon Battista Alberti establece como arquitecto que la arquitectura es un producto que se extrae del estilo ya hecho en el pasado por medio de la observación, análisis crítico y luego en la ejecución de diseño.
Por otro lado, la implementación de los derechos de autor y las patentes se entiende como una protección para la creación pero, volvemos a la idea del desarrollo de lo existente. Para poder crear se debe tener conocimiento de algo existente, que se evalúa, se transforma y se vuelve a analizar para así producir un resultado coherente y lo más funcional posible. Por esto los derechos de autor no funcionan porque todo producto creado se desarrolla por un conocimiento previo ya sea de carácter personal o social, pero se obtiene un conocimiento por medio de una experiencia vivida. Incluso, cuando un autor reedita un trabajo suyo ya hecho se esá copiando de sí mismo ya que se está transformando lo que existe. Por lo tanto en la arquitectura como ejemplo, tener un estilo propio no te hace original porque se acude a copiar el trabajo propio, se replica lo que ya se desarrolló. Asi que, toda solución que se ha traído para frenar la copia no funciona, nuestra invención se extrae del desarrollo social histórico.
Como tercer argumento para este dilema, se trabaja el ejemplo de la arquitecta Anne Lacaton del espacio interior, no como aprobación de que se puede ser original pero sí de una solución para los arquitectos que buscan desarrollar proyectos que tengan un impacto único en las experiencias personales. Se dice que no funciona como aprobación de poder ser original porque inclusive esta "solución" tambien se produce por medio del conocimiento espacial ya existente. Sin embargo, siendo el espacio interior un causante de experiencias únicas, puede funcionar para traer una producción enfocada en la singularidad personal. Se utilizaría el espacio interior como fuente de experiencias únicas y originales de proveer momentos íntimos para cada ser individual.
Ya visto y analizado todo lo antes mencionado entendamos que la copia en la arquitectura no es un crimen ni un reflejo de la poca creatividad en los arquitectos de la actualidad. Mas bien, procuremos que se creen proyectos derivados de lo existente para así producir nuevos edificios que provean un desarrollo de acuerdo al tiempo del momento. Lo que se hacía en el pasado se puede hacer en el presente, siempre y cuando se exploren alternativas que busquen acomodar un reflejo de los problemas del momento. Así se estaría progresando en la arquitectura, sin adjudicarse una idea como propia para mantener viva la competencia profesional y consecutivamente la admiración social.
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